Debutó Brasil ¿jugó?

Brasil 2 - 1 Corea del Norte

Grupo F

Dunga ideó un Brasil diferente, no quedan dudas. Se le complicó ante un rival que lo llevó a su embudo, que tapó los costados. El DT norcoreano entrenó la táctica que le funcionó durante 55 minutos desde que supo que el primer rival era la "Verdeamarelha". Y este Brasil es más previsible que cualquier otro: los mediocampistas se cierra, dan paso como quien releva para dar paso a los laterales. Pero sin sorpresa, en un ataque estacionado donde ni Kaká ni Robinho tuvieron lugar ni para jugar ni para asistir a Luis Fabiano, el Scratch se fue al descanso en cero, casi sin haber generados mayor peligro contra el arco de los asiáticos.

En el complemento, el más débil dejó la franja derecha del ataque brasilero apenas desprotegida, Elano esperó que pasara Maicom y ahí fue la pelota, hasta el fondo. Tres dedos al arco, contra la línea, mirando de reojo que el golero había dado el paso hacia adentro para esperar el centro atrás. Genialidad, sí. Aunque en la página 12 del libro del arqureo dice que el pie debe ir pegado al primer palo para defenderlo por si el remate va hacia el arco. Luego el partido fue otro. Robinho hizo jugar a Elano, que definió a la carrera. Hubo descuento, sí. Pero el daño colateral y la alarma para Dunga ya estaba hecho. Quizás este Brasil este preparado para enfrentar a equipos más grandes que Corea del Norte, aunque elijan achicar hacia atrás. Pero sin dudas Portugal y Costa de Marfil -claro que serán partidos totalmente diferentes-, son más fuertes por individualidades y mentalidad para herir al Penta. Un quíntuple que juega con tres mediocampistas de contención, un quíntuple que tiene mucha altura en la pelota quieta, sí, pero el Penta al fin.