lunes, 30 de mayo de 2011

Más respuestas para una pregunta necia

¿Dónde, cuándo militó por los derechos humanos Néstor Kirchner? Esto no solo se escuchó estos días de la boca de Beatriz Sarlo. Se le oyó decir mucho tiempo antes a opositores de toda calaña, peronistas disolventes, zurdos de manual, progres de película y hasta a integrantes de fuerzas de izquierda que en las próximas elecciones le harán recolectar votos al kirchnerismo. Quizás no les alcance con las imágenes de archivo de 1983 que muestran por estos días ciertos programas de televisión –etiquetados como prensa adicta-, donde un joven Néstor Kirchner acentúa su discurso cual Perón y putea juicio y castigo a los recientes genocidas. Es verdad que la televisión recorta y pudiera ser fundada la sospecha de que esa imagen haya sido tuneada con fotoshop o fuese un montaje burdo ¿Acaso hoy la animación no lo puede todo? Bueno muchachos, tendrán que leer entonces.



Hay un libro publicado en 2008 llamado Setentistas –de La Plata a la Casa Rosada-, cuyos autores son Fernando Amato y Christian Boyanovsky Bazán, que retrata la participación política en las universidades de la ciudad de La Plata de una generación de jóvenes. Allí se enmarca la militancia del ex presidente y de todo cuánto aprendió y le contaron de los 70, respondiendo a la pregunta de la académica endémica. Néstor Kirchner se inició en la FURN (Federación Universitaria de la Revolución Nacional), primera agrupación peronista universitaria.

El libro marca de manera documentada -incluso aún tres años después de su publicación se puede chequear en el blog de Setentistas-, el momento de la fractura que sufrió la FURN cuando algunos integrantes se abrieron en FAEP (Federación de Agrupaciones Eva Peron), con la cual luego simpatizaría una tal Cristina Fernández. Por eso hubo peleas, aunque no tan sangrientas como entre peronistas y radicales; un joven Federico Storani fue testigo de alguna de aquellas revueltas. Los autores detallan puntos de encuentro de la agrupación, actos o actividades sobresalientes como algún secuestro de parte de Montoneros; dedican una carilla y media al momento exacto en donde Néstor y Cristina... y hasta tuvieron acceso al testimonio de Gladys de Labolita, mujer del desaparecido Carlos Alberto Labolita, a los que los Kirchner “guardaron” peligrosamente durante unos meses de 1975 en la pensión que alquilaban cerca del casco céntrico de La Plata.



Pero dejemos de lado el libro, que bien puede mentir y manipular como cualquier periodista que se precie de tal. Allí están los hombres que pueden contestar a la pregunta en cuestión. El diputado Carlos Kunkel suele dar fe de la militancia de Néstor Carlos, cuando como abogado defendía a los primeros compañeros de la FURN que caían en cana tras una represión. También está allí para responder fehacientemente José “Pepe” Sbatella, actualmente al frente de la Unidad de Investigaciones Financieras que tanto brega por la sanción de la Ley Antilavado que debiera tratar el Congreso esta semana. O Marcelo Fuentes, senador nacional por Neuquén, compañero de Kirchner con el que fue a Ezeiza a recibir a Perón a su regreso trágico. Se adjunta link en youtube por si hiciera falta http://www.youtube.com/watch?v=siGtIsKTBnk. O con quien amaneció en las canteras de Parque Lezama el 25 de mayo de 1973. Fueron ellos junto a otros compañeros, condujo la columna por Paseo Colón y escuchó al Tío desde las cercanías de la esquina de Irigoyen y Defensa.



Ahí está el pasado en los libros presentes, la palabra en los políticos laderos que gobiernan también. Ahí están lentos pero se encaminan los juicios. La causa por el robo sistemático de bebés. testigos si bien aún en peligro –Silvia Suppo y Julio López ¡presentes!-, de regreso con ánimo por fin de declarar. O por teleconferencia. Allí está todo el presente para responder la pregunta que es pasado.



Solo hay que animarse a entrar a la ex ESMA alguna vez para fundamentar la pregunta maldita, y caminar entre la arboleda apacible. No eran solo cuadros colgados. Puede evitarse acercarse hasta el intacto casino de suboficiales o al enorme patio donde revistaban cada día los grupos, pero da vida el espacio Nuestros Hijos de las madres, o el Centro Cultural Haroldo Conti o el Archivo General de la Memoria. Son 17 edificios y solo 5 recuperados de aquel monstruo. Solo hay que entrar al ex Olimpo: morder los labios y hacer la visita guiada al sector del "chupadero". Pero hay una biblioteca que se llama Carlos Fuentealba, se dictan talleres de todo tipo a los vecinos de Floresta, de guitarra, murga, teatro y danzas folclóricas; una de las agrupaciones que los ofrece a la gorra se llama R.E.I.R. Sus siglas son Red de Espacios e Intervenciones Recreativas.




En Córdoba se creó un Museo de la Memoria en el edificio donde funcionó el Departamento de Inteligencia D-2, de la policía local, sobre el pasaje Santa Catalina, en uno de los costados del histórico Cabildo de la ciudad de Córdoba. Allí está el juicio y castigo –no solo el monumento-, a los masacrados en la noche chaqueña de Margarita Belén.





Nunca en la vida fuimos golpeados tan duro. Y solo quien vivió ese miedo y esa adrenalina, esa furia y ese coraje, esa llovizna de frente que no dejaban ver el puente ni al líder y muchos menos al propio enemigo al lado. Y esa primavera. Esa no te la cuentan en ningún lado, ni muchos libros ni un asesor político. La sensibilidad con la que tratar a un nieto recuperado, una viuda, un sobreviviente se lleva tatuada en la mirada. Solo ellos pueden responder mejor que nadie de contención, y cuánto sabía Néstor y cuánto le contaron a Cristina de aquello... En materia de derechos, no hay humanos que hayan dado tanto. Y siempre, mejor que decir es hacer, siempre.

(*) Publicado también en la web de la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular.
er link: http://corrientecnp.org.ar/web/?p=6014
Y en el blog de Café Umbrales.
Ver link: http://revista-umbrales.blogspot.com/2011/06/cafe-umbralesrecomienda_2963.html

martes, 24 de mayo de 2011

¡Me aburrooo!

La tan anunciada visita de Beatriz Sarlo a 678 fue un fiasco. El programa se recostó sobre su punto más flojo: la discusión en patios sin fondo: la nada. La Bety jugó de entrada el papel de la fea y mala de la película. Apenas se le pidió opinión tras el primer tape -que mostraba la crisis en España y su comparación con la criolla del 2001-, se atrincheró en ese papel. Habló mal de la edición, defendió la cobertura que los diarios locales hicieron de aquello, atizó al decir que la BBC cubre bien los hechos internacionales y esperó que le tirasen algún golpe. Ni el titular del AFSCA Gabriel Mariotto, ni el filósofo de Carta Abierta Ricardo Forster -que la sucedieron en el micrófono-, aludieron a sus dichos de manera directa aunque dejaron clara su postura comunicacional en cuanto a la manipulación de la información que como aquí y en cualquier parte del globo, ejercen los medios de comunicación ante esta, otra crisis.

Pero fueron Sandra Russo y Nora Veigas, las que comieron el queso y cruzaron y cuestionaron los dichos de la invitada. Incluso se le preguntó por Clarin y TN. Y hasta hubo un entredicho por cuestiones personales, con amagos de mostrar talonario de facturas para comparar cuánta cobraba una y otra.

No... no, eso no es pruralidad.

No es invitar a quien piensa distinto -por más absurda o infundada que parezca su verba-, e interferirla ante cada dicho. Mucho menos apuntarle como si fuese accionista del pool mediático más odiado. Cuando se sintió ante las cuerdas, la propia Sarlo se defendió así: "Eso preguntaselo a Magnetto".
Eso hace A Dos Sobres (bueno, ahora uno solo porque Alfano no muerde como el que se fue y queda más para Madcelo Boñeli). Eso hacen los periodistas de TN o el Cuartel 5 de Noticias con tipos que no son del gobierno pero parecen, como Braga Menéndez o Artemio López, por el lugar de entrevistado al que son sometidos.

Además, qué hacían 5 panelistas apuntándole a una, invitada. El juego de Sarlo fue tras un informe sobre el premio Martín Fierro que recibió Samuel Gelblung contestar otra cosa. Desviar la imagen del tipo que juega con la memoria como si fuera un chiche, y hablar de la restauración de la democracia en distintos países de la región, mezclarlo con Malvinas y recordar el voto de Luder en el 82' a favor de la autoamnistía militar ¡Error en contestarle a la chicana más básica del gorilismo que quiere meterte en la bolsa de la discusión dos o tres peronismos en uno!

Eso sucede –estoy casi seguro-, cuando hay ausencia de peronistas entre los panelistas de un programa que la juega de herramienta de difusión y discusión de ciertos temas (aunque esto, si es así, es más largo de discutir). Y lo bien que lo hace, hizo y hará. Pero déjenme escribir que no puede un periodista adelantar su legajo para intentar salvarlo -¿frente a quién si los seguidores del programa ya la beatificaron?-, antes que aprovechar la primera visita de un "disidente" en serio y bravo al programa que más ruido hizo en la tv pública.

El espíritu de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual -¿si los mercados tienen humor por qué carajo se ríen con sorna cuando uno dice que la nueva ley de medios tiene espíritu?-, es la igualdad de espacios y micrófono para todas las voces. Se escucha por allí con ignorancia, en reiteradas oportunidades y de boca de notables de la comunicación, que "por eso necesitamos que la ley de medios se ponga en marcha lo antes posible para que este tipo de cosas no sucedan más”. ¡Si la ley no está hecha para prohibir!

Sí es cierto que limita imágenes en las tardes hot de los canales abiertos. Sí estimula la programación local y acotadas cuotas de temáticas según cada región y señal. Sí parte el aire en tres y los reparte como nunca antes. Sí refuerza el papel de la autoridad de aplicación y la democratiza, aún más que en Brasil, Francia y Estados Unidos, países de los cuales sus regulaciones y leyes sirvieron como modelo e incluso se superaron.




La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no podrá impedir nunca que mientras en la televisión pública y canal 9 se de testimonio de la herida abierta que dejó la dictadura en la voz de los nietos recuperados, en otros canales el conductor más famoso grite culos y pasos de baile. Tampoco impedirá que la señora que anota las preguntas hasta para entrevistar a Maradona acabe luciendo homofóbica y discrimine hasta cuando muestra quiénes la vistieron hoy. Esta ley no está hecha para censurar ni para callar ni para prohibir. Está hecha para generar conciencia y masa crítica. “Esta ley no es de un gobierno”, reza la bella señora en cada discurso mientras sanciona y firma papelitos grises para que amemos otra vez la política como herramienta de cambio. Y se suman derechos y ella insiste en que “esto no es patrimonio de un gobierno o de un partido político, sino de todos los argentinos”.

Un programa de televisión que se jacta de abrir cabezas, de tenerla clara, de desafiar a quienes lo denostan y ningunean sin fundamento alguno a sentarse a su mesa y discutir, no ha debatido. Perdió la chance. Y los televidentes –y quienes deseamos ese cruce de ideas como cuando Aníbal Fernández, un bloggero y Orlando Barone hablaron profunda y profusamente sobre Jorge Luis Borges-, vacíos. Esta vez, fuimos espectadores de una pelea hueca, con palabras flacuchas, mendigas; y llevadas al terreno donde ellos –ese ellos que ha logrado reconocer tan bien 678-, jugando a su juego: el ego de inflar. Pero incluso eso no les duele tanto a quienes hacen 678.
Sino algo peor: además aburrió.

Lo que molesta de Paka Paka

El demorado ingreso del canal Paka Paka en la grilla de programación de los usuarios que regentea Cablevisión, era un atentado a la libertad. Iba de la mano de la prédica de desobedecer una y otra vez una ley, y otra más. Es cultural. La patrona de todas las batallas. Sucede que esta otra vez es más grave, porque atenta contra el futuro que son hoy los niños, protagonistas casi estelares en la programación del canal. Tan grave que la negativa de la empresa de cable logró que hasta el ministro de educación Alberto Sileoni interceda ante la justicia para atender un tema que no solo es menester de la cartera de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual. Porque Paka Paka es un canal educativo además de entretenimientos para los más chicos. Y allí radique el principal escollo para su inclusión en la oferta de este cableoperador.

¿Pero qué contiene de dañino para Cablevisión la señal Paka Paka? Ejemplo, un niño se presenta, dice “esto es lo que me gusta”, sonríe a cámara y se lanza a subir corriendo las escaleras del Parque Quiroz en Colón, Entre Ríos. Hasta que trepa un tobogán y se arroja. Al caer, solo sonríe. Se llama Leandro, tiene 4 años, es argentino. El poder de la imaginación, es el lema del canal. Muestra una impronta notable por destacar y reconocerse un niño con derechos. A una alimentación digna, a aprender, a estudiar, pero sobre todo a jugar, a cantar, a bailar. Hay un cancionero como separador entre un programa y otro. Dura lo que dura una canción. Allí, puede escucharse el tema de María Elena Walsh, La Mona Jacinta, mientras dos niñas se maquillan con inocencia. En ese espejo que es también la televisión es peligroso que se vea una niña de Catamarca, de Córdoba o de cualquier barrio de Buenos Aires. Porque sale a la calle y allí están las mismas caras que vio en la tele, y sus amiguitas prontas con la valija de las pinturas para jugar. Molesta un canal donde actores argentinos se prestan a recitar cuentos. O, ¿El mundo de los por qué? Maratón de preguntas que joden tanto como sus respuestas.

Ese es el espejo donde no quieren que se miren los pibes, nuestros hijos. El mío –apenas un año y meses-, sonríe con Tom y Jerry sí, con Mickey sí, pero también con El show de Perico. Es fantástico, una especie de magazine de la tarde pero de marionetas que conduce una animadora algo ególatra pero igual de graciosa. Ella le habla a una tribuna integrada por animales que aplauden y comentan y hasta tienen voz en el show. Casi que hay un animal por región del país entre esa platea. Hay una llama tímida con gorro coya, también un burro, caballos y aves. Y molesta que esa tribuna no sea de doctrina, sino más bien una grada con distintas y variadas voces autóctonas.

Vale la pena repasar la programación que ofrece a toda hora para entender por qué la empresa que pertenece al monopolio no la incluye en su grilla. La granja Cocoricó, un mundo de muñecos donde un niño llamado Julio es presentado como “un chico de barrio al que le gusta el campo”. Así propuso el canal pasar estas vacaciones, en el ciclo Ronda Paka Paka. O Aladín, una sencilla animación con dibujos como los que podría hacer un niño cualquiera. Un relato de cadencia única para diversas edades.

Producir todo cuanto se consume es un primitivo acto de libertad. Acaso no es destacable que de ello también se ocupe un Estado: ofrecer en este caso la realización de contenidos para televisión, con manos, cabeza, cuerpo, ojos e imaginación de argentinos al servicio de un canal infantil para sus habitantes más pequeños, y también para nosotros, sus padres. Porque se comparte el televisor, inexorablemente a partir de que un hijo sabe que apretando el botón rojo se enciende esa pantalla que lo deslumbra y mira como solo un niño ausculta la televisión.

¿Pero al fin y al cabo, Paka Paka no es más que sólo un canal entre la oferta de casi diez en el rubro de temática infantil que uno encuentra en el cable? La respuesta salta con tan siquiera darse una vuelta a mirar un rato el contenido de las otras señales –la mayoría internacionales-, y a sus protagonistas. Y ver los parámetros de belleza de las series para adolescentes de Disney Channel, o ciertos dibujos de Cartoon Network y las resoluciones a los conflictos allí planteados por un perro, un gato o un ratón. Alcanza con atender algunos de los diálogos -incluso en ingles-, de una animación que tiene como protagonista a un mecánico y sus herramientas. O cómo visten, hablan y actúan los púberes del canal nick ante por ejemplo, un desfile de modas que muestra los culos del backstage de Hollywood, a las cuatro de la tarde. La señal del estado interfiere radicalmente porque contiene poco de esa fauna donde el niño pasta frente a un televisor.

Juan José Hernández Arregui, en su libro Imperialismo y Cultura, atenta contra la idea europeísta de la cultura única: “En toda cultura hay un elemento torrencial y ardiente, nutrido del genio irracional de cada pueblo, cuyo más acabado producto es su arte”. Por cierto, otro intelectual nacional y popular de los que no tiene su merecido lugar en la grilla de notables pensadores del país y el continente que enseñan la mayoría casas de estudio en sus niveles secundario y terciario.

¿Cablevisión teme que Paka Paka sea algo así como el juguete peronista que se adjudicaba a cada niño? Osvaldo Soriano recuerda en sus Cuentos de los años felices la ansiedad que experimentaba en la fila por saber si al llegar al repartidor quedaría la pelota de cuero que pidió por carta, o si debía conformarse con algún soldadito de plomo, o con el camión de madera que finalmente se llevó. Pero esto es todavía mejor: es un regalo sin distinción de género ni de prioridades, llega a cada casa de cualquier rincón del país ¡todos los días! Para todos esos niños el mismo regalo, donde son protagonistas y el espejo en que se miran es más parecido a su realidad, su casa, su calle, su barrio.

Paka Paka -el poder de la imaginación-, no tiene lugar por ahora en ese asilo donde la televisión encierra por un rato el normal desarrollo de un pequeño y de un adolescente que será adulto más temprano que tarde. Algún día sabrá que por un tiempo le prohibieron un canal para nosotros, el niño que somos frente a la tele.

Carta abierta a un amigo español

Jesús, hermano querido. No puedo dejar de pensar en aquella charla en plaza Lavalle frente al palacio de Tribunales. Primero te cuento que aquí en el Sur estoy y estamos muy bien recién con los primeros fríos, pero hermosos, entusiasmados, grandes, rabiosos e inquietos.Y no solo Guiye ja, sino los tres, como aniñados!
Pero te decía, viendo por tv esas plazas llenas en la España ajena tuya, no puedo dejar de pensarnos más jóvenes.
10 años más jóvenes en aquella plaza... ¿Ahora me entendes? Bueno, contas con ventaja porque vos sabes de indignación, de plazas llenas; viste parir aqui en noviembre de 2001 todo aquello que te llega como perinola y te señala y te interpela.
Ahora comprendo por qué no me (nos) entendías sobre qué queríamos y está bien, porque ni nosotros sabíamos. Ahora sí. Ahora sí sabemos que no endeudarse, que desobedecer, que atender a las pequeñas empresas y dar trabajo es generar consumo interno, y esa es la real inversión. Que se puede injuiciar a ciertos criminales -aunque faltan-, que se pueden asignar recursos a los en negros sin trabajo -aunque faltan-, que se puede tratar mejor a los viejos niños que seremos. Aprendimos, ya sabemos aquí que el gasto público no es gasto, sino inversión, la mejor.
Ojalá lo comprenda quien suceda al zapatero de Rodriguez, otro político olvidable, como aquellos que escuchan los mercados y no al pueblo. Por eso nuestros presidentes -¿ahora seguiras creyendo en populismos?-, aquí son cada día más queridos. Con todas sus contras y errores, gobiernan pa sus pueblos y eso se retribuye. Es cierto eso de que alguna vez la política había servido como herramienta de cambio. Nunca dejó de serlo. Pero nos tatuaron en el culo como a vacas que la política era defender otros intereses y no los nuestros. Eso es mal gobierno. Y la política es la historia de mañana, y la historia la política de hoy. Y debe estar en vuestras manos para que no sea mala política y mal gobierno. Te abrazo hermano, como aquella vez pero ahora...ahora que los dos sabemos todo cuanto unen y hermanan las plazas llenas.


Refundación de prosa rabiosa
Mayo de 2011///Mayo de 2011.
Refundación de prosa rabiosa

Este blog había nacido allá por 2008, como descarga de textos y audios del programa de radio UNO SOLO. De hecho en los archivos pueden leerse textos y escucharse los audios -operturas del programa, lectura rabiosa a dos voces-, recomendables al menos una vez.