miércoles, 22 de agosto de 2012

La noche encierra ansias de fuga y renunciamientos


La noche I
La multitud todavía mira hacia arriba
uno cada uno de ese pueblo reunido como nunca ante jamás
ni nunca más quizás
allí, en hermosa vigilia sobre la avenida más ancha de la historia
en la noche más larga de la historia 
cada uno de esos uno sostiene una vela con la tenue lucecita del tiempo eterno
que sí que no y que va a pensarlo
y un país ahí -quieto-
todavía hoy tieso
aún con la “plenipotencia espiritual” que dan las noches y los días sin ella
sin renunciar a nuestros puestos de lucha
sin esperar honores del tiempo
este...
nuevo fuerte tiempo que sopla












 

La noche II

Los sigilos que como pasos huyen
desencerrojarse uno y uno al otro y rajar
gatear mirando el piso y 1,2,3 ¡rajar!
como ciegos en el desierto dando tumbos
hasta el “salvoconducto”
¡pura épica de un tiempo de resistencia!
Trelew es un ejemplo de cómo conjugar luchas, celebra Hebe
toda esa historia no se encierra ni se ametralla ni se fusila
está en cada noche desértica del país que exporta su historia por sus aeropuertos
con las manos rendidas

aún con la resignación de saberse asesinados cuando se vayan las cámaras
pero con la tranquilidad de haberse rebelado
mostrándose vivos
ante el mundo
¡siempre!

106

106 es un bondi con un nombre de empresa simpático. CUSA: Colectiveros Unidos Sociedad Anónima. En estos días vimos bondis en fila olfateándose el culo y vimos gentes. Miles en un triatlón olímpico por llegar como sea adonde se lo esperaba más tarde. Mucha gente en los bondis, en la calle, en la superficie. Sin subtes por un cacho de política de medir los centímetros de poronga entre uno y otro, y
otro. Entre esa multitud mutilada en su tesoro mejor -tiempo y humor-, había un loco que iba a un lugar distinto. No iba ni a trabajar, ni a comprar, ni a estudiar, ni a pegar, ni a chorear, ni puteaba ni pataleaba ni se quejaba. No buscaba un taxi, ni un bondi, ni una bici ni un camello, ni helicóptero. El loco iba a buscar su verdadero nombre, y la encontró. Ya nadie le va a parar su historia. 106 abrazos a los nietos, esos como Francisco Madariaga Quintela, que te hacen sentir que su vida es tan normal como buscar un bondi que te lleve rápido a donde vas, en medio del caos de vivir sin...