lunes, 5 de julio de 2010

Otra vez pero distinto

No habíamos perdido y sin embargo, ya habíamos ganado. Pero perdimos. Y por goleada. Como en el barrio, yendo a buscar y desprotegiéndonos. Recién a los 20 del segundo tiempo, no a lo loco. No sin plan como quieren hacernos creer. La goleada llegó cuando llegan las goleadas, como cachetadas de más después la trompada primera. Es verdad que no estuvimos finos para definir las que creamos. Porque Higuain enganchó en el área pero después mordió de zurda. Porque Lio definió las dos apiladas como un rugbier y tiró arriba las que armó. Di María cambió de punta pero no cambió la puntería. Porque Tevez estuvo ansioso y no miró su posición. En la desesperación por empatar ya, un partido que perdíamos desde el vestuario. Y nos fuimos, y perdimos. Pero algo ganamos.
Como comunicadores debemos escuchar la voz del pueblo que no pierde, que no quiere perder y por eso se inventa victorias. Acá la victoria fue jugar, fue ver al Messi catalán con la celeste y blanca. Y verlo a Tevez a su lado. Y ver arrestos del resto. Pero ganamos un entrenador. Encontramos al tipo que hizo jugar a los mounstros que rendían poco y nada con la celeste y blanca. Es verdad, perdimos y nos fuimos. Pero llegamos otra vez al camino que habíamos perdido quién sabe en que Mundial, aburridos, siempre en cuartos de final.
Nuestra vida es levantarse, ir a trabajar, tener novia, mujer, hijos e ir a trabajar. Divertirse, hacer asados, festejar cumpleaños, emborracharse, y mas luego levantarse e ir a trabajar. Luchar por alguna causa, mirar televisión, escuchar música y bailar o cantar.
Y siempre el tiempo se detiene en un partido de un Mundial, allí en los cuartos de final. Y otra vez perdimos, y nos volvimos. La diferencia es que esta vez no nos guardamos nada. No nos volvimos aburridos. No pensando qué hubiera sido si... Tirando piedras hacia adelante corrimos. Quizas cuando tomemos una le preguntaré por qué no Verón para tener la pelota. Aunque dicen que te encandila, que no da para preguntar nada. Que solamente lo escuchas. Pero me animaría después de la segunda birra o al tercer vino: por qué si él duerme con Lio, si Messi dice que con el pelado en cancha él recibe más limpia la pelotita y más adelante.

Pero cuando tomemos una. No en medio de la cacería. No en medio de las opiniones de los que no jugaron nunca, de los que no juegan ni un picado por semana. No en medio de los que nunca jugaron por los puntos ni en el torneo interno de la escuela. No hay que escuchar ni leer mucho más, ni siquiera este comentario. Cada cual sabe cuánto sufre la derrota. Cada uno sabe cuánto ganó con la goleada. Sabemos qué queremos para el próximo torneo. Sabemos que lo queremos tener en el banco otra vez, en la Copa América 2011. Sabemos que es fútbol por encima de todo y que si te embocan un gol a los 3 minutos, el partido entra en otro terreno.

La bronca durará, pasados los meses nos consolarán. Vayamos al psicólogo y preguntémonos por qué nos sucede siempre en el partido clave. La pelota en el palo de Batistuta contra Holanda, la distracción en un lateral a diez minutos del final en el mundial pasado o el cambio de Cambiasso por Riquelme. Y las preguntas que habrán quedado a cada uno después de este partido. Atragantadas otra vez.

1 comentario:

Bar dijo...

Mi tristeza no es efímera esta vez...solo yo a mi manera sé como estoy, y no hay nada que pueda hacer para quitar la angustía. El tiempo pasará y las ilusiones volveran.
Todavía de fútbol no puedo hablar...estoy en medio del duelo.