jueves, 1 de julio de 2010

El mismo desvelo

Cómo contrarrestar y potenciar a los nuestros, piensa Diego para el partido decisivo -otra vez-, del sábado. Es que el tiempo se detiene cada cuatro años, hace veinte años ya, y nos sitúa en este partido, esta instancia: cuartos de final. Maradona apostará por Pastore o Verón a un lado de Mascherano, el izquierdo, y Jonas o Maxi al otro, el derecho. Difícil que junte al Pelado y Javier con el capitán en la mitad. Nuestro entrenador confía a muerte en cuánto y cómo puedan herir Messi y Tevez el doble cinco rival. Si bien uno de los dos trabajará en el retroceso al menos para hacer sombra. Lo importante es eso, porque cómo atacamos, está demostrado. Jonas Gutierrez le ofrece a Diego ritmo, buen y rápido regreso, aunque no tanta prolijidad en ataque.

La idea de atacar con cuatro hombres: Pastore, Messi, Tevez e Higuain, y adelantar las líneas achicando en campo rival y cortando -con falta también-, en cuánto se pierde la pelota. Estar atento a la segunda jugada, al anticipo, a filtrar en la mitad de cancha cuando el rival genere el fútbol para despegar. Esa será la clave. Argentina lo puede hacer. El ritmo será vital. Los relevos también: Di María, Bolati, Verón o Pastore. Son buenos recambios renovar tanto aire que gastará el equipo en mantener su ritmo, y no al revés.

El once de Alemania sale de memoria y es vital para quienes gustan de ello, que los titulares sean siempre los mismos. En un Mundial eso no es sinónimo de éxito. Los germanos son un equipo rápido y voraz de contra pero se achican los espacios cuando ataca estacionado. Ya lo comprobó Ghana, cuando le bajó el ritmo. Es verdad, creó situaciones, no menos de cinco, pero no tan claras. Y lo más importante, no jugó cómodo. Y aún: sufrió golpes del rival.





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