De regreso de la tan linda Tandil

*Terminal de ómnibus de Retiro. Sábado al mediodía. A las boleterías de la única empresa que aún suma unidades para viajar a Tandil continúan llegando chicos y no tanto pidiendo por un pasaje. Hay dos lugares vacantes porque los titulares no se presentan, entonces sucede el milagro: estar por fin en viaje. El éxodo de las bandas ricoteras desde nuestra ciudad hacia donde se daba cita el Indio Solari sobrepasó las expectativas una vez más, demostrando el poder de convocatoria del artista invitado.

Hipódromo de Tandil. Escenario a estrenar, parafernalia del estilo de un artista internacional. Cuatro pantallas de alta definición en la mitad del campo, para los rezagados, para los que queden a más de 200 metros del escenario. Casi las diez de la noche. 100 mil personas o más quedan por fin a oscuras. Indio aparece con su banda en medio del griterío. Arranca el show con la primera sorpresa de la noche. Suena Jugo de tomate frío, tema de Manal. La diferencia generacional se nota en la reacción de los unos y los otros. Todos saltan, y deliran aún más cuando la banda quiebra el tempo musical y muta el tema en un inédito de Los Redondos: Un tal Brigitte Bardot. 12 años sin escuchar ese tema. Sin dudas la noche será encantadora en ese infierno que solo Solari suele hacer de sus misas en cualquier punto del país donde cite a sus creyentes.

Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado que somos acompañamos al calvo cantante que se roba todas las miradas. Noticias de Ayer, Me matan Limón, Divina Tv Führer. Ya de arranque nomás pela temas de aquella banda de La Plata, más que los nuevos propios que editó en sus dos discos. Tras cantar Bebamos de las copas más lindas, dice “abracemos a los amigos que sufren enfermedades malvadas”. Una referencia al padecimiento de Gustavo Ceratti, y quien diga lo contrario…

Sucede la expectativa de escuchar más sobre Patricio Rey, de entregarse al ritual como siempre hace años, pero esta noche –sí, en tiempo presente porque será eterna-, testigo del regalo tantas veces mendigado por los fieles: ver un show de esos. Indio cumple, abajo dignificamos. Y regala: Angel de la Soledad, Fuegos de Octubre una noche inolvidable de noviembre. Suena El Regreso de Mao, otro inédito. Ya es más de lo deseado. El Arte del buen comer y Toxi Taxi hacen creer eso de que anda pensando en vos siempre. Sabemos ya entonces, por qué será que no lo quiere Dios, a él, beatificado. Sacamos las banderas y las bengalas pero no es el final, hay más juguetes de esos, más canciones perdidas en el oído que vuelven a materializarse en el cuerpo de los corderos y caníbales que somos. Desaforados por bebernos el vino envasado vuelto a descorchar como en las mejores y más violentas veladas de los por suerte olvidados años noventa. Y bebemos.

Héroe del Whisky, dedicado a -dice El Indio-, “a un amigo que ahora parece que me quiere mucho, Quique, Quiquito, para vos”. Enrique Syms, parte de la troupe ricotera de la primera época, periodista que se fue del grupo hablando pestes de él y bien de Skay, y ahora escupe al revés, idolatra al cantante. No será la única vez que el humor de Solari se deje llevar por su alma, y recomienda: "el tema con el que abrimos el show fue un homenaje a un grupo primordial del rock, Manal... ya no se volvieron a hacer blues como lo hicieron ellos. Vamos a hacer otro de otra banda primordial, a ver qué les parece". ¡Post-crucifixión! Indio canta a Spinetta, a Pescado Rabioso. Ríe de cómo saltan los redonditos de abajo, gira en el escenario y con sus dedos de la mano derecha hace el gesto de una tijera. Es que hay que cortar, y la batería obedece, baja los palos con fuerzas, cambian los riffs. "Vamos las Bandas" ¡Daleee!

Sabíamos que alguna vez iba a suceder esta eterna noche, como la belleza regresa en resplandor cuando tanto deseo no se hace desear más. Y nos preparamos para el pogo más grande del universo. Esa despedida dulce, donde el dolor muscular del desgaste nos recuerda los años que llevamos corriendo a la deriva en la tempestad. El perfume que descubrimos en medio de la derruición, es el señuelo del próximo destino. Bastará con pestañar, siempre estamos en eso los comunes, para volver a estar allí.


Esta revista agradece a aquellos que en Tandil se interesaron por los únicos dos ejemplares editados hasta ahora e invita a saltear en este blog la cobertura del último Mundial de Fútbol

y espiar, si gusta, textos en el archivo 2009.

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