lunes, 12 de julio de 2010

Fútbol para todos

Correr más que la pelota. Paciencia. Ser ancho para ser profundo. Tener la pelota para tener orden. Así el rival termina con la lengua afuera y goleado y no por cantidad de goles. Es verdad, no fue espectacular -¿se le reclama ese adjetivo a los triunfos que consiguen equipos con otro estilo de juego?-, pero ganó el más equipo de los equipos del mundo. Por vez primera, la mejor generación de jugadores de la península consiguió en resultados todo su poderío. Euro y Mundial.

Claro, a esta España le falto agresividad y verticalidad en el tramo final de la cancha en comparación con la Euro 2008. No es que juega sin arcos ¡no esucheis esas críticas! Es real que cambió y no es a los ojos tan bella como aquella. Modificó la posición de Villa y lo volcó a la izquierda cuando jugó con Niño Torres, a pedido de los que la tildaban de ingenua. Así, Iniesta se liberó de responsabilidades en retroceso, pese a que por ejemplo ante Alemania se volcó a la izquierda para tapar a Lham. Luego, sí el goleador fue de punta con el ingreso de Pedro en los últimos dos partidos. Un equipo de variantes, como apostar por Jesús Navas pegado a la raya. Arriesgar, quitando un cinco de contención como Alonso e incluir un conductor como Fabregas.

Un conjunto: el tándem Alonso-Busquets también es fundamental para terminar de dominar el eje central, en ataque y en defensa. Pese a que con Holanda sufrió dos mano a mano de Robben y debió aparecer Casillas a tiempo. Hizo de la circulación su religión con Iniesta y Xavi de abanderados. Tuvo la suerte del campeón cuando todavía no había quebrado a Alemania, contra quien jugó su mejor partido. La misma que ante Paraguay, su peor partido quizás, donde no aparecieron los que no tenían marcas fijas. Fue más ambicioso que Portugal. Fue España mejor o peor que aquella, más o menos vistosa esta. Más allá del rato que Chile lo complicó, de lo poco que hirió a Honduras y de lo que sufrió en su derrota ante Suiza.

Base del Barcelona, el mejor también de los últimos tiempos. Al menos el que marca el pulso del fútbol. Es ventaja jugar con siete tipos de un mismo equipo, por ejemplo, con la pareja de centrales y con tres de los cuatro mediocampistas. El arquero, el lateral y otro de los mediocampistas del Real Madrid. Lateral y delantero de otros equipos. Es ventaja, entrenan y juegan todo el año juntos. No es difícil juntarlos, y mucho menos a estos grandísimos jugadores. El equipo que gana por goleada haciendo sólo un gol, porque juega con un sólo atacante. Lo hace sin mediocampista externos porque de eso se disfrazan sus laterales. Su mediocampo es lento de pies y velocísimo de sienes. Toco y voy al lugar vacío. Le doy la pelota al compañero mejor ubicado. No salto líneas por más de que mi pegada sea extraordinaria como para cambiar de frente una pelota en una pista de aterrizaje con dos aviones en el medio y ponérsela en el pecho al otro. Toco y me muevo. Toco y vuelvo. Acelero donde y cuándo debo. Un equipo, hace tiempo, incluso antes de lograr la Euro.


En realidad, los cuatro que llegaron son un equipo, entendiendo esto por un grupo que sabe a qué juega. Y si la hacemos extensivo, hubo más equipos: Brasil, Paraguay, Japón. Hasta Argentina aunque tiene mucho menos rodaje como equipo logró en cinco partidos adquirir su idea de juego. Lástima que un Mundial es un torneo que se juega sobre una pista de patinaje sobre hielo, los árbitros dirigen como si fuera básquet o rugby -sin extremos-, y se juega con un pelota plastiball. Podríamos haber visto un mejor juego. La pelota fue clave para que nos duelan los ojos en cada pase, en cada cambio de frente.

Otra: apuesto a que al menos dos jugadores de esta Holanda se suicidarán cuando con el paso del tiempo vean este video y se den cuenta que en vez de jugar le hicieron caso al DT y esuvieron más alertas por cortar juego que por jugar ¡No vean este video otra vez! ¡Se arrepentirán! Igual, este equipo se cagó a patadas con Portugal en octavos de final del Mundial pasado muchachos. Jogo bonito mentira. No fue una gran Holanda, sino más bien un clásico equipo más parecido a la media europea, hasta cuasi más alemán. Si tuvo cosas mecánicas fue para defender, para que nunca Robben cambiase de sector, ni Kyutt tire una diagonal, ni Van Persie venga a buscar a la mitad. Fue mecánica para aferrarse al 4-2-3-1. Y nada más. Bastante que llegó a su tercera final.

Por eso España es un campeón merecido. Más allá de que odio que el fútbol se plantee por merecimientos. Se gana y se pierde, como todo jugador. Y el que apuesta y arriesga es más factible que gane. Y si el camino es tener la pelota, hacerla circular delante de las narices del rival, mucho mejor. España es como un asesino apuntándote todo el tiempo y que sabe que no te podes escapar. Ahí estás agazapado, esperando que termine el partido. Y llega el disparo: gol de España. Uno sólo y con eso basta.

sábado, 10 de julio de 2010

Alemania, otra vez tercera

Como en 2006, los germanos terminaron la Copa del Mundo en el tercer puesto. Venció 3 a 2 a Uruguay en un partido emotivo, cambiante y con goles, como casi todos los que se juegan por el consuelo del último lugar en el podio. Uruguay aporta emociones al fútbol mundial pero saca poco rédito en el resultado de ello. Lo hizo ante Holanda y volvió a abrir el partido ante Alemania. Al cierre del primer tiempo y en el comienzo del segundo, la "La Celeste" se llevó por delante al mix de suplentes y titulares que presentaron los europeos.

Y decimos que Tabarez no planteó el partido que debía no como crítica, sino como elogio. Porque ante el mismo dibujo táctico y movimientos de los rivales -Holanda y Alemania con un 4-2-3-1-, Uruguay salió a buscar el partido esta vez sin Gargano y con Cavani como mediocampista. Es decir, arriesgó y otra vez como en 1970 el tercer puesto. Y otra vez Alemania, lo ganó en la contra como en México 1 a 0.

miércoles, 7 de julio de 2010

Habrá nuevo campeón

España hizo gala del mejor fútbol del mundo. Más allá de la derrota frente a Inter en la Champion, el Barcelona de España marcó el ritmo de cómo tratar la pelota en estos últimos años. Y la selección "Roja" jugó en semifinales con medio conjunto catalán. Y sin entrar en la discusión de gustos, lo de España por sobre el resto de los grandes equipos que arribaron a semifinales, es demoledor. Porque cumple con lo que pregona este blog, o este blog pregona ello de tanto haber visto a Barcelona, al Huracán de Cappa, al Velez de Gareca por qué no, a Godoy Cruz, y sobre todo a Estudiantes de Sabella: el orden te lo da tener la pelota.

martes, 6 de julio de 2010

Botija rapado

Fue el pasado 14 de octubre, apenas Uruguay perdió con Argentina el pasaje directo a este Mundial y Maradona inmortalizó la frase que invita a succionar y callarse, que dije al aire en Radio Belgrano: "Este equipo de Tabarez hará muy buen papel en la Copa del Mundo, mano a mano va a ser muy difícil ganarle". En aquel Centenario mudo se empezó a escribir la historia de esta revancha charrúa. Me toca cubrir al equipo del Maestro desde la pasada Copa América y lo haré el año próximo seguramente. Hay equipo señores, hay camada de jugadores que se codean con los mejores, en las mejores ligas. Hay idea, y continuidad en el trabajo. Hay variantes tácticas para que un delantero se tire al mediocampo, o jugar con tres tapones, pero la idea de tocar y ubicarse en un lugar vació está. De jugar para el otro, de hacer relevos.


Ojo, no sea gil y crea que son palos encubiertos pa los nuestros. Nada de eso. Sin comparaciones por favor. Que el material de uno y otro es el mismo, ni la historia, ni el presente. Ni siquiera el objetivo primero, fue el mismo. Hablemos de Uruguay. De la generación que se debía recatapultar el nombre del país a lo más alto. Sale el del Porto, entra el suplente de la Juventus. Se lesiona el capitán, ingresa el zaguero de la Universidad de Chile. Adentro el del Palermo o el cinco de Peñarol. Lo mismo da, la idea no se mancha. Ni la ambición ni las precauciones.

Se gana y se pierde, como todo jugador. Uruguay no puede hablar de mala suerte, ni de fallos. No lo hicieron los jugadores muchachos. El segundo es orsai bastante finita. No andemos con chiquitas que ni los protagonistas lo hicieron. Los jueces de línea fueron los dos precavidos para no equivocarse. Erráticos, malos, califiquelos como quiera. Los jugadores, los que actúan dentro del campo, no lloran por esos errores. Inflan el pecho, putean, se lamentan pero levantan la cabeza. Montevideo los recibirá como campeones. Suceda lo que suceda el próximo sábado.

lunes, 5 de julio de 2010

Otra vez pero distinto

No habíamos perdido y sin embargo, ya habíamos ganado. Pero perdimos. Y por goleada. Como en el barrio, yendo a buscar y desprotegiéndonos. Recién a los 20 del segundo tiempo, no a lo loco. No sin plan como quieren hacernos creer. La goleada llegó cuando llegan las goleadas, como cachetadas de más después la trompada primera. Es verdad que no estuvimos finos para definir las que creamos. Porque Higuain enganchó en el área pero después mordió de zurda. Porque Lio definió las dos apiladas como un rugbier y tiró arriba las que armó. Di María cambió de punta pero no cambió la puntería. Porque Tevez estuvo ansioso y no miró su posición. En la desesperación por empatar ya, un partido que perdíamos desde el vestuario. Y nos fuimos, y perdimos. Pero algo ganamos.
Como comunicadores debemos escuchar la voz del pueblo que no pierde, que no quiere perder y por eso se inventa victorias. Acá la victoria fue jugar, fue ver al Messi catalán con la celeste y blanca. Y verlo a Tevez a su lado. Y ver arrestos del resto. Pero ganamos un entrenador. Encontramos al tipo que hizo jugar a los mounstros que rendían poco y nada con la celeste y blanca. Es verdad, perdimos y nos fuimos. Pero llegamos otra vez al camino que habíamos perdido quién sabe en que Mundial, aburridos, siempre en cuartos de final.
Nuestra vida es levantarse, ir a trabajar, tener novia, mujer, hijos e ir a trabajar. Divertirse, hacer asados, festejar cumpleaños, emborracharse, y mas luego levantarse e ir a trabajar. Luchar por alguna causa, mirar televisión, escuchar música y bailar o cantar.
Y siempre el tiempo se detiene en un partido de un Mundial, allí en los cuartos de final. Y otra vez perdimos, y nos volvimos. La diferencia es que esta vez no nos guardamos nada. No nos volvimos aburridos. No pensando qué hubiera sido si... Tirando piedras hacia adelante corrimos. Quizas cuando tomemos una le preguntaré por qué no Verón para tener la pelota. Aunque dicen que te encandila, que no da para preguntar nada. Que solamente lo escuchas. Pero me animaría después de la segunda birra o al tercer vino: por qué si él duerme con Lio, si Messi dice que con el pelado en cancha él recibe más limpia la pelotita y más adelante.

Pero cuando tomemos una. No en medio de la cacería. No en medio de las opiniones de los que no jugaron nunca, de los que no juegan ni un picado por semana. No en medio de los que nunca jugaron por los puntos ni en el torneo interno de la escuela. No hay que escuchar ni leer mucho más, ni siquiera este comentario. Cada cual sabe cuánto sufre la derrota. Cada uno sabe cuánto ganó con la goleada. Sabemos qué queremos para el próximo torneo. Sabemos que lo queremos tener en el banco otra vez, en la Copa América 2011. Sabemos que es fútbol por encima de todo y que si te embocan un gol a los 3 minutos, el partido entra en otro terreno.

La bronca durará, pasados los meses nos consolarán. Vayamos al psicólogo y preguntémonos por qué nos sucede siempre en el partido clave. La pelota en el palo de Batistuta contra Holanda, la distracción en un lateral a diez minutos del final en el mundial pasado o el cambio de Cambiasso por Riquelme. Y las preguntas que habrán quedado a cada uno después de este partido. Atragantadas otra vez.

viernes, 2 de julio de 2010

El techo es el cielo

...reza un comentario de la nota de un portal uruguayo. "La Celeste" se metió con injundia histórica otra entre los cuatro mejores del mundo. Más allá de que este blog advirtió sobre las chances charrúas, el fútbol desplegado en el partido ante Ghana no estuvo a la altura. Lo reconoció Tabarez, aunque el planteo y las variantes que arrojó en el campo de juego el Maestro demostraron la riqueza de un plantel conformado por grandísimos jugadores.

A la uruguaya, claro. Particularmente, cubro los partidos de Uruguay para Radio Belgrano desde la Copa América de 2007, y he visto la evolución, los errores, aciertos y armado del juego y la mística del plantel del paisito. La ambición en los cambios -Lodeiro por Fernández-, la modificación del dibujo con tres delanteros y un enganche, y el temple y el orden del equipo mantuvieron en pie al equipo. Más allá del plus de suerte, aura o ese "no sé qué es lo que nos empuja hacia adelante" a decir del propio Tabarez.

Uruguay en semifinales de un Mundial. Será Holanda el martes, mano a mano, otra vez sin nada que perder, otra vez como en primera ronda con la responsabilidad del otro lado, de enfrente, como más cómodo se siente el jugador uruguayo. Será otro paso histórico, sea cual fuere el resultado.

Brasil elminado

No analizamos en todo el Mundial al Pentacampeón, no lo haremos ahora. Holanda lo venció 2 a 1 con Schneider como abanderado de la remontada, pero por sobre todo por los propios errores de Brasil.

¿Mismo equipo?

Maradona no lo confirmó pero repetiría el mismo equipo que venció a México. Apuesta por Di María ya que enfrentará a un equipo que lo marcará menos que los otros. Y el zurdo puede correr y despegar por fin. Maxi para tenerla y ser primer filtro de Podolski. Aunque ya analizamos las chances según los nombrtes. Pero lo más importante: Argentina depende de sí misa en los últimos metros del campo.

jueves, 1 de julio de 2010

El mismo desvelo

Cómo contrarrestar y potenciar a los nuestros, piensa Diego para el partido decisivo -otra vez-, del sábado. Es que el tiempo se detiene cada cuatro años, hace veinte años ya, y nos sitúa en este partido, esta instancia: cuartos de final. Maradona apostará por Pastore o Verón a un lado de Mascherano, el izquierdo, y Jonas o Maxi al otro, el derecho. Difícil que junte al Pelado y Javier con el capitán en la mitad. Nuestro entrenador confía a muerte en cuánto y cómo puedan herir Messi y Tevez el doble cinco rival. Si bien uno de los dos trabajará en el retroceso al menos para hacer sombra. Lo importante es eso, porque cómo atacamos, está demostrado. Jonas Gutierrez le ofrece a Diego ritmo, buen y rápido regreso, aunque no tanta prolijidad en ataque.

La idea de atacar con cuatro hombres: Pastore, Messi, Tevez e Higuain, y adelantar las líneas achicando en campo rival y cortando -con falta también-, en cuánto se pierde la pelota. Estar atento a la segunda jugada, al anticipo, a filtrar en la mitad de cancha cuando el rival genere el fútbol para despegar. Esa será la clave. Argentina lo puede hacer. El ritmo será vital. Los relevos también: Di María, Bolati, Verón o Pastore. Son buenos recambios renovar tanto aire que gastará el equipo en mantener su ritmo, y no al revés.

El once de Alemania sale de memoria y es vital para quienes gustan de ello, que los titulares sean siempre los mismos. En un Mundial eso no es sinónimo de éxito. Los germanos son un equipo rápido y voraz de contra pero se achican los espacios cuando ataca estacionado. Ya lo comprobó Ghana, cuando le bajó el ritmo. Es verdad, creó situaciones, no menos de cinco, pero no tan claras. Y lo más importante, no jugó cómodo. Y aún: sufrió golpes del rival.